El tratamiento de braquiterapia desde la perspectiva de un radiógrafo

La opinión de Patrizia Cornacchione, médico radiógrafo de la Fondazione Policlinico Universitario "Agostino Gemelli" IRCCS de Roma.

Soy Patrizia Cornacchione y soy radióloga médica.

Disponer del equipo adecuado y, por tanto, utilizar aplicadores de alto rendimiento para el tratamiento también nos da la posibilidad de llevar a cabo los procedimientos con prontitud y rapidez, y de forma más eficaz también para el paciente. Obviamente, utilizar estos instrumentos de forma adecuada y manejarlos dentro de los plazos correctos a menudo también nos da la oportunidad de mejorar la administración del tratamiento, y, por lo tanto, en consecuencia también de ganar en términos de retroalimentación positiva de los pacientes, ya que pueden manejar y abordar el tratamiento con la sensación de hacerlo también más rápidamente.

¿Qué es la braquiterapia?

Como radiógrafo, he tenido el privilegio de participar en la administración del tratamiento de braquiterapia y debo decir que es un procedimiento increíblemente fascinante e impactante. La braquiterapia implica la colocación precisa de fuentes de radiación directamente dentro del tumor o cerca de él, lo que permite un tratamiento altamente selectivo a la vez que se minimiza el daño a los tejidos sanos circundantes. Desde mi punto de vista, esta modalidad de tratamiento ofrece varias ventajas notables.

En primer lugar, la braquiterapia permite administrar una dosis de radiación más alta directamente en el tumor, lo que se traduce en un mayor control tumoral y tasas de curación potencialmente más elevadas. La capacidad de administrar la radiación internamente nos proporciona un mayor control sobre la distribución de la dosis de radiación, lo que nos permite adaptar el tratamiento específicamente a la anatomía y las características tumorales únicas de cada paciente.

Otra ventaja de la braquiterapia es su potencial para reducir el tiempo de tratamiento. A diferencia de la radioterapia externa, en la que las sesiones de tratamiento se extienden a lo largo de varias semanas, la braquiterapia suele implicar duraciones de tratamiento más cortas. A veces, una sola sesión de tratamiento puede bastar para administrar la dosis de radiación necesaria. Esto no sólo ofrece comodidad al paciente, sino que también reduce el tiempo total de tratamiento, lo que le permite reanudar antes sus actividades cotidianas.

Además, la braquiterapia suele conllevar menos efectos secundarios en comparación con otras modalidades de tratamiento. Al dirigirnos con precisión al tumor, podemos preservar los tejidos sanos cercanos, lo que reduce la exposición a la radiación de las estructuras críticas y, en consecuencia, minimiza las posibles complicaciones. Este enfoque dirigido contribuye a mejorar los resultados de los pacientes y mejora su calidad de vida en general durante y después del tratamiento.

Desde un punto de vista técnico, la administración de braquiterapia requiere habilidades y conocimientos especializados. Como radiógrafo, trabajo en estrecha colaboración con los oncólogos radioterapeutas y el físico médico para garantizar la colocación precisa de las fuentes de radiación y la administración óptima de la dosis prescrita. Utilizamos técnicas de imagen como la ecografía, el TAC o la resonancia magnética para guiar la colocación de los aplicadores o las fuentes radiactivas, garantizando un posicionamiento preciso dentro del tumor o la zona objetivo.

En resumen, la braquiterapia es una opción de tratamiento excepcional que ofrece numerosas ventajas desde la perspectiva del radiógrafo. Su capacidad para administrar radiación dirigida directamente al tumor, reducir el tiempo de tratamiento y minimizar los efectos secundarios la convierten en una modalidad muy eficaz y cómoda para el paciente. Como radiógrafo, me enorgullece contribuir al éxito de la implantación de la braquiterapia, sabiendo que desempeña un papel importante en la mejora de los resultados de los pacientes y que influye positivamente en sus vidas.

El papel del radiógrafo en braquiterapia

Los radiógrafos desempeñan un papel crucial en el proceso del tratamiento de braquiterapia, trabajando en estrecha colaboración con el oncólogo radioterapeuta, el físico médico y otros miembros del equipo sanitario. Sus responsabilidades abarcan varios aspectos clave, garantizando la administración segura y precisa del tratamiento de braquiterapia. Estas son algunas de las funciones y responsabilidades esenciales de los radiógrafos en braquiterapia:

  1. Planificación del tratamiento: Los radiógrafos participan en la fase de planificación del tratamiento de braquiterapia. Trabajan junto con el oncólogo radioterapeuta y el físico médico para revisar las exploraciones por imagen, como el TAC, la RMN o la ecografía, para determinar la colocación óptima de los aplicadores o las fuentes radiactivas. Ayudan a contornear la zona objetivo y las estructuras críticas cercanas para guiar el proceso de tratamiento con eficacia.
  2. Colocación del aplicador: Los radiógrafos son responsables de colocar con precisión los aplicadores de braquiterapia en el cuerpo del paciente. Se aseguran de que los aplicadores estén correctamente colocados dentro o cerca del tumor, según el plan de tratamiento. Esto puede implicar el uso de técnicas de imagen para guiar el proceso de inserción y verificar la colocación correcta de los aplicadores.
  3. Seguridad radiológica: Garantizar la seguridad radiológica es una responsabilidad primordial de los radiógrafos en braquiterapia. Cumplen estrictamente los protocolos de protección contra las radiaciones, como llevar el equipo de protección personal (EPP) adecuado y seguir los procedimientos apropiados de manipulación de fuentes o materiales radiactivos. Los radiógrafos también controlan los niveles de exposición a la radiación para asegurarse de que están dentro de los límites aceptables tanto para los pacientes como para ellos mismos.
  4. Guía por imágenes: Los radiógrafos suelen proporcionar orientación por imágenes en tiempo real durante los procedimientos de braquiterapia. Esto puede implicar la realización de exploraciones por imagen, como ultrasonidos o fluoroscopia, para visualizar la posición de los aplicadores y verificar la precisión de su colocación. La obtención de imágenes en tiempo real ayuda a garantizar que el tratamiento se dirige a la zona prevista y permite realizar ajustes en caso necesario.
  5. Administración del tratamiento: Los radiógrafos son los responsables de manejar el equipo de braquiterapia durante la administración del tratamiento. Controlan la fuente de radiación o la máquina, garantizando la administración exacta y precisa de la dosis de radiación prescrita. Los radiógrafos supervisan de cerca el proceso de tratamiento, verificando el correcto funcionamiento del equipo y tomando las precauciones necesarias para mantener la seguridad del paciente.
  6. Atención al paciente y comunicación: Los radiógrafos desempeñan un papel vital en la atención y el apoyo a los pacientes sometidos a braquiterapia. Educan a los pacientes sobre el procedimiento, responden a sus preguntas y abordan cualquier preocupación que puedan tener. Los radiógrafos se aseguran de que los pacientes se sientan cómodos y bien informados durante todo el proceso de tratamiento, fomentando un entorno de apoyo y tranquilidad.
  7. Documentación y garantía de calidad: Los radiógrafos mantienen una documentación precisa y completa de los procedimientos de braquiterapia, incluidos los planes de tratamiento, las exploraciones por imagen y los parámetros de administración del tratamiento. Contribuyen a las actividades de garantía de calidad, participando en las comprobaciones de los equipos, los procedimientos de calibración y garantizando el cumplimiento de las directrices y normas reglamentarias.

En resumen, los radiógrafos desempeñan un papel decisivo en la aplicación satisfactoria del tratamiento de braquiterapia. Sus funciones abarcan la planificación del tratamiento, la colocación del aplicador, la seguridad de la radiación, la guía por imágenes, la administración del tratamiento, la atención al paciente, la documentación y la garantía de calidad. Al trabajar en estrecha colaboración con el equipo multidisciplinar, los radiógrafos garantizan la administración segura, precisa y eficaz del tratamiento de braquiterapia, contribuyendo en última instancia al bienestar y los resultados de los pacientes.

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